Hervir en agua ajo, cebolla, orégano y gordolobo, dejar reposando un poco, agregar miel y limón al gusto; algo así era el brebaje que me preparaba mi mamá, mientras tomaba lentamente la infusión trataba de inhalar todo el vapor posible que despedía el “té de gordolobo”, el vapor apenas y pasaba por las fosas nasales bloqueadas por mucosidad, de ahí mi gusto por las infusiones y tés.